lunes, 13 de julio de 2009

La ola

La ola es una película artificiosa y artificial en casi todo: en las actuaciones de los actores, poco naturales, si salvamos a Tim; en el guión, nada creíble y mal construido; hasta en el cartel, que muestra un fotograma manipulado sensacionalistamente que no aparece en el filme (hay una intención de presentar la historia como un testimonio de lavado de cerebros, que en realidad no se produce nunca). Los publicitarios soñarían con que la película contara que a unos chavales se les puede convertir en nazis en una semana, pero nada más lejos de la historia que se cuenta en esta película.
Basada lejanamente según parece en un hecho real y una novela consecuente, la película pretende mostrar la facilidad con que puede dominarse a las masas. Y digo pretende porque la mayoría de las publicaciones en la web reproducen palabras semejantes copiadas del mismo sitio y para mí que no han visto la película: la película no demuestra nada (salvo que se puede hacer malas películas de todo tipo)
Se supone que en una semana en la que las clases se suspenden y el alumnado debe apuntarse a proyectos sobre sistemas políticos, un profesor, al que le ha correspondido enseñar sobre la autocracia, o sea, el fascismo, las dictaduras, como no tiene nada preparado, piensa en simular una situación similar.
No es que el experimento se le vaya de las manos al final, como suelen decir los sinópticos oficiales de la película, es que simplemente no sabía qué hacer desde el principio. De hecho en la película en la que se echa mucho de menos un guión bien elaborado y alguien que supiera enseñar narrativa cinematográfica al director, en muchos momentos la impericia del director de la película o del actor profesor o del guionista, se da a entender que la autocracia no sólo tiene cosas buenas, sino que no se las confronta ni se las critica. No es extraño que los chavales se entusiasmen: el profesor les mostró que la autocracia podía ser divertida y hasta democrática. Lo que resulta extraño es que se entusiasmen con las trivialidades que tratan en clase. La película muestra una desproporción absoluta entre las causas y los efectos. Los efectos son dramáticos, tremendos y demoledores, mientras que las causas, lo que sucede en clase, no parece en ningún momento que pueda ser causa creíble de lo que ocurre -los adolescentes quedan como auténticos bobos-. Ni en una semana -que es el mayor error narrativo- ni en un año: la historia no hay quien se la crea.
A pesar de todo, como pasa con los libros malos, como son oportunistas y tienen un "mensaje", servirían para tratar en clase temas asociados, lo mismo que podemos usar cualquier pretexto para despertar la discusión. Probablemente el hecho de que sea una película mal hecha puede ser bueno para despertar esa discusión precisamente en clase.

1 comentario:

José Mª dijo...

Esta primavera vi la película y coincido con NOSOLIBROS en todo. Es panfletaria, oportunista( por aquello de la interacción entre lo que se enseña y el que lo recibe)y muy mal construída. Es lo que tiene el marketing: si desean " colarnos" algo como interesante o bueno, lo logran; aunque no siempre, afortunadamente.